La obra de Carlos Pazos se enmarca dentro de los límites entre el arte pop y el arte conceptual. Primero, con un período de autoexploración de la figura artista-estrella, mediante la fotografía, con Voy a hacer de mí una estrella, en la segunda mitad de los setenta. Después, con sus objetos-souvenir, que comienzan a predominar desde 1980. Estas piezas, obtenidas a partir del ensamblaje de objetos encontrados, cuentan con elementos literarios y narrativos, ingeniosos e irónicos, de los que los títulos son la muestra más clara. Así, acaban constituyendo un universo muy personal que, a pesar de su aparente opacidad, remiten a sentimientos de nostalgia y melancolía, ya sean dados por cierto carácter autobiográfico, o bien por incorporar iconos del mundo de la infancia. En este sentido puede ubicarse la obra Parole, parole, de la Fundació Suñol. Otro ámbito de actuación de Pazos ha sido el cine, como actor y, durante la última década, como realizador.