Adolfo Schlosser fue un escultor y artista plástico de origen austríaco que desarrolló gran parte de su carrera en España, convirtiéndose en una figura clave de la escultura contemporánea. Su trabajo se caracteriza por una conexión profunda con la naturaleza, que se refleja en el uso de materiales orgánicos como madera, barro, cera y cuerda, a menudo combinados con elementos industriales.

Sus esculturas e instalaciones transmiten una gran sensibilidad hacia el paisaje y el entorno natural, explorando conceptos como el equilibrio, transformación y armonía entre el hombre y la naturaleza. También experimentó con el dibujo y la poesía, disciplinas que complementaban su visión artística.

Schlosser recibió importantes reconocimientos, como el Premio Nacional de Artes Plásticas de España (1991), que destacaron su singular aportación al mundo del arte. Su obra sigue siendo un referente por su capacidad de integrar arte, naturaleza y espiritualidad de una manera única.