Estudia arquitectura en la Universidad Central de Quito, en París se formó en pintura y a partir de 1976 en dibujo en la escuela Eina de Barcelona.

Su obra se erige como un mecanismo de reconstrucción de la memoria personal, que recoge las experiencias vividas en multitud de viajes y encuentros, añadiendo también pasajes imaginarios. Aunque su trazo generalmente es abstracto, sus obras nos remiten a sus estudios y observaciones naturalistas en Tenerife, Barcelona, Brasil, etc. Sin duda, tiene el componente natural como referente y consigue liberar al dibujo de valores estructurales.

La Col·lecció Suñol Soler contiene 3 de sus obras. En 2018 se le dedicó una exposición individual en la Fundació Suñol llamada ‘Patricio Vélez: Las fromas del tiempo’, con el objetivo de profundizar en su obra y la escena creativa de la Barcelona de 1975-2000.